Desea todo
lunes, 12 de febrero de 2018
martes, 26 de diciembre de 2017
Un pedacito de mí
Siempre intento escribir para dibujar sonrisas y motivar a la grandeza, aunque, aquí entre nos, se me hace más fácil llamar a la fragilidad y a la mediocridad. Soy un hombre hecho pedacitos, donde cada pedacito no es más que eso. Un pedacito de hombre, un pedacito de mí. La depresión es el lugar donde esos pedacitos que soy, más contentos están. La tristeza es el lugar conocido y cotidiano, a dónde siempre regreso al terminar el día. ¿Y sabes qué es lo que me motiva a despertar con los mismos ánimos cada día?, ¿haciendo hincapié en lo poquito que soy?, ¿lo sabes?. Bueno, sí, en parte es eso, que ya no quiero seguir aquí. Pero principalmente lo hago para que no te den ganas de venir aquí, porque conozco tan bien este lugar que estoy casi seguro que te atraparía también.
jueves, 19 de octubre de 2017
Para la catarsis
Dio 3 maullidos, luego se puso tiesa. Murió, pensé, luego lloré. Con mis uñas abrí su pequeña boquita y soplé dentro. No te vayas, chiquita, estás cansada, ¿verdad?. Como si despertara de un sueño, se volvió a mover, sin equilibrio.
viernes, 29 de septiembre de 2017
Dormí quince minutos
Hace dos semanas, antes del terremoto, sucumbía ante la ausencia de sueño. El desvelo me tenía en un estado anímico primitivo. La fortaleza de la maratón me motivó a buscar una salida a este martirio. Recuerdo que tomé algunas siestas no mayores a quince minutos y eso me daba la energía suficiente para continuar. Entre mis dos trabajos y las tareas de escuela que tenía pendientes por entregar, la presión me aturdía los oídos y me provocaba un dolor en las muelas muy devastador. ¿Mencioné que también tenía pendiente ir a verificar el auto?. Responsabilidades, enfermedad, compromisos. Todo en un conjunto aterrador. Y luego, el desenlace. El terremoto. El que alimenta mi creencias de conspiración, basadas en las lecturas de la teoría electromagnética. Escribo hoy, a dos semanas de los quince minutos que dormí.
domingo, 27 de agosto de 2017
C de Maratón!
Este maratón lo corrí con mucho corazón. En la ruta me encontré al buen camarada Omar que conocí en TV Azteca, y desde el km. 28 nos fuimos juntos hasta la meta.
lunes, 3 de julio de 2017
Te contaré de mi proceso creativo
Escucho una voz en mis pensamientos, con un acento extranjero y más grave, con palabras no tan comunes a las que utilizo y una dicción diferente a la mía. Y aún con todo ello, sé que soy yo. La voz de mis sueños, el residuo de mi subconsiente. Mi consciencia en la forma más amigable que he podido conseguir. Bien. Esa es la misma voz que me dicta estas palabras. Y yo te pregunto... ¿en qué tono de voz me escuchas? ¿Es mi voz femenina si tú eres mujer?, ¿Es una voz amable y cordial?, si me conoces... ¿es la voz que uso del diario?. Porque te cuento que todos los días no uso la misma voz. De verdad. A veces me olvido y termino hablando diferente cada día. Ahora vamos a lo siguiente. Escucha tus latidos. Y si no lo logras, palpa tu cuello suavemente. Una vez que logras encontrar tu pulso... ¿qué crees?... que esa cadencia resume tu vida. Tu estado de salud, tu fatiga, tus sueños, la energía que conservas y de la que puedes disponer. Si notas que avanza más rápido que las manecillas del reloj, para. Si al respirar profundo, logras que avance igual a esas manecillas, o incluso más lento, eres joven. Sí, no importa tu edad. Significa que el tiempo te pertenece, y que gozas de la libertad para ser. En cambio, si tu corazón avanza siempre más rápido que ese reloj... te repito... para, respira. Significa que estás viviendo más rápido de lo que indica mi voz.
sábado, 3 de junio de 2017
#Run2WorkDay | Corriendo al trabajo
Me debo entrenar para el maratón, y qué mejor manera de disfrutar el #Run2WorkDay
viernes, 24 de marzo de 2017
Insomnio
A la noche no le quito el sueño, mi pesadilla no atraviesa su ventana. Cada luna regreso en esos versos, busco lo eterno, busco lo viejo. Y en ello se me va la noche cuando no merezco dormir.
martes, 21 de marzo de 2017
martes, 20 de diciembre de 2016
Tienes magia
Monologo:
-¿Eres tú?
-Te veo por vez primera y me parece que te conozco de toda la vida.
-Tu belleza es esta conexión espiritual.
-Junto a tu espíritu me siento completo.
-Sólo existe el aquí.
-Detrás de ti, un lago. Y frente a ti la vida por vivir.
-¿Cómo lo haces?, ¿por qué no sucedió antes?
-¿Te acuerdas de mí?. ¡Cómo, no lo creo!. Claro que me acuerdo de ti. ¿De la misma forma?.
-Es raro, nunca pensé que fuera así.
-Lo siento, si miento acerca de mi realidad.
-Los deseos que guardo para mí, en tus labios se desvelan como tuyos.
-Dime que no estoy soñando ahora, dime cómo lo haces por favor.
-Sí, de eso hablo... de tu magia.
-Magia, la que tienes, la que das.
-Maga, por siempre, tú serás.
-¿Eres tú?
-Te veo por vez primera y me parece que te conozco de toda la vida.
-Tu belleza es esta conexión espiritual.
-Junto a tu espíritu me siento completo.
-Sólo existe el aquí.
-Detrás de ti, un lago. Y frente a ti la vida por vivir.
-¿Cómo lo haces?, ¿por qué no sucedió antes?
-¿Te acuerdas de mí?. ¡Cómo, no lo creo!. Claro que me acuerdo de ti. ¿De la misma forma?.
-Es raro, nunca pensé que fuera así.
-Lo siento, si miento acerca de mi realidad.
-Los deseos que guardo para mí, en tus labios se desvelan como tuyos.
-Dime que no estoy soñando ahora, dime cómo lo haces por favor.
-Sí, de eso hablo... de tu magia.
-Magia, la que tienes, la que das.
-Maga, por siempre, tú serás.
jueves, 8 de diciembre de 2016
Un ser de otro mundo
Te había reconocido
desde tiempo atrás,
en la nitidez de tus sílabas,
en la armonía de tus vocales
que de tanto en tanto se desordena
por la premura de tu métrica,
de tu prosodia acelerada.
Estabas ahí,
suspendido en tu cálida sonrisa
y entonces me llamaste
sin intención, sin aparente volición,
y como quien va pasando
te respondí tímidamente.
Pronto supe
que la intuición nunca falla.
Te revelaste enseguida
en todo tu ser:
transformador de la cotidianidad
en poesía, en libertad,
jinete de los vientos,
explorador de horizontes,
domador de peligros
y cazador de sueños antiguos.
desde tiempo atrás,
en la nitidez de tus sílabas,
en la armonía de tus vocales
que de tanto en tanto se desordena
por la premura de tu métrica,
de tu prosodia acelerada.
Estabas ahí,
suspendido en tu cálida sonrisa
y entonces me llamaste
sin intención, sin aparente volición,
y como quien va pasando
te respondí tímidamente.
Pronto supe
que la intuición nunca falla.
Te revelaste enseguida
en todo tu ser:
transformador de la cotidianidad
en poesía, en libertad,
jinete de los vientos,
explorador de horizontes,
domador de peligros
y cazador de sueños antiguos.
domingo, 27 de noviembre de 2016
No te enamores de una chica que corre
No te enamores de una chica que corre. No sabrás cuántos kilómetros lleva recorridos o si le gusta la larga distancia. En el mejor de los casos apenas estará empezando y si no, entenderás demasiado tarde que esta experiencia va para largo. Será una chica incansable. Sabrás al conocerla que a pesar del cansancio en sus piernas, seguirá adelante sin importar nada más que cumplir su meta. Así en un maratón como en su vida diaria. No se conformará con un cumplido al día y un "qué hermosa te ves hoy" nunca le será suficiente. Tu amor se lo demostrarás de todas las formas posibles. Sí, porque una chica que corre no se conforma con poco. Así como hoy corre media hora, en unos meses estará corriendo todo el día. Y no estoy exagerando. Deberás sacrificar horas de sueño para acompañarla a correr a las 5 de la mañana, aguantar su ritmo sin quejarte y tener una charla entretenida. No te olvides de ser empático, pues una chica que corre busca compaginar en cada aspecto de su ser con la persona que elija por pareja. Si te elige a ti, por afortunada coincidencia, más te vale estar preparado para este viaje. Y si ha aprendido a hacer trail, cuidado, no pasará mucho tiempo antes de que necesites zapatos todoterreno. Te llevará con ella, tenlo por seguro. La vida tendrá un sabor como nunca lo habrías imaginado. Y te repito que no estoy exagerando. No te enamores de una chica que corre. Ella nunca quedará satisfecha y siempre va a querer correr más: una nueva ruta, una distancia mayor, subir otra montaña, correr en la playa descalza o amarte un poco más. No te enamores de una chica que corre, te lo suplico, porque si cometes el error de hacerlo, de enamorarte de ella, tu vida cambiará definitivamente. Comenzarás a hablar un nuevo idioma. Tu reloj biológico te exigirá levantarte antes de que amanezca. Tus piernas te llevarán a ver el amanecer en primera fila. Y tu estómago, con las mariposas revueltas, te pedirá más comida, toda la que necesites para seguir corriendo una hora más. No te enamores de una chica que corre. No lo hagas. Porque, sin importar cuántos kilómetros huyas de ella o de su recuerdo, la llevarás contigo. Sentirás su respiración y entenderás su loca manera de vivir. E inevitablemente, ella te acompañará en cada paso que des, ya sea que decidas irte corriendo o no.
sábado, 19 de noviembre de 2016
La belleza
—¿Qué haces tumbado en tu cama, Lex? ¡Deberíamos estar celebrando que derrotaste a Supermán!
No pude más que mirar detenidamente a mi chica. Ella ha estado conmigo desde mi infancia, me conoce, y a pesar de todo ha permanecido aquí conmigo. Sabe de mi deseo infantil de querer volar, de la vez que casi me tiro los dientes por brincar de la cama con la esperanza de lograrlo, de mi frustración adolescente al no conseguir masa muscular a pesar de todas las pesas que hice, de mis estudios de ingeniería donde desarrollé un arma de destrucción masiva que cabe en una caja de cerillos. Y me ha visto desvelarme los últimos meses con el objetivo imposible de obtener los poderes del superhombre.
—Sí, lo logré... No ha sido la gran cosa
—¡Ahora puedes cumplir tus sueños!
¿Cómo puede alentarme esta mujer, sabiendo de mi odio y de mis deseos de destrucción? Esto no está bien.
—No puedo...
—¡Ya puedes! ¡Eres el superhombre!
—No pue... No quiero hacerlo
—...
Ella se quedó muda, sentada junto a mí y con su mano apoyada en mi pecho. No puedo mirarla directamente a los ojos. Miro hacia la ventana y hasta el infinito. La visión periférica me da control visual de esta habitación y la súper visión, de todo el espacio. Siento mi cuerpo y a todos los seres vivos. Siento a mi chica preocupada, también eso lo siento.
Me cuestioné tanto tiempo si el superhombre podría ser malvado y odiar la vida como lo hago yo. Pero ahora sé que con estos ojos no puedes dañar a nadie ni atentar contra la vida, también sé que nunca lo podría haber derrotado sin su consentimiento.
Al fin entiendo lo que es la belleza. Así como diría David Hume:
"La belleza de las cosas existe en el espíritu de quien las contempla"
No pude más que mirar detenidamente a mi chica. Ella ha estado conmigo desde mi infancia, me conoce, y a pesar de todo ha permanecido aquí conmigo. Sabe de mi deseo infantil de querer volar, de la vez que casi me tiro los dientes por brincar de la cama con la esperanza de lograrlo, de mi frustración adolescente al no conseguir masa muscular a pesar de todas las pesas que hice, de mis estudios de ingeniería donde desarrollé un arma de destrucción masiva que cabe en una caja de cerillos. Y me ha visto desvelarme los últimos meses con el objetivo imposible de obtener los poderes del superhombre.
—Sí, lo logré... No ha sido la gran cosa
—¡Ahora puedes cumplir tus sueños!
¿Cómo puede alentarme esta mujer, sabiendo de mi odio y de mis deseos de destrucción? Esto no está bien.
—No puedo...
—¡Ya puedes! ¡Eres el superhombre!
—No pue... No quiero hacerlo
—...
Ella se quedó muda, sentada junto a mí y con su mano apoyada en mi pecho. No puedo mirarla directamente a los ojos. Miro hacia la ventana y hasta el infinito. La visión periférica me da control visual de esta habitación y la súper visión, de todo el espacio. Siento mi cuerpo y a todos los seres vivos. Siento a mi chica preocupada, también eso lo siento.
Me cuestioné tanto tiempo si el superhombre podría ser malvado y odiar la vida como lo hago yo. Pero ahora sé que con estos ojos no puedes dañar a nadie ni atentar contra la vida, también sé que nunca lo podría haber derrotado sin su consentimiento.
Al fin entiendo lo que es la belleza. Así como diría David Hume:
"La belleza de las cosas existe en el espíritu de quien las contempla"
jueves, 13 de octubre de 2016
martes, 11 de octubre de 2016
Frágiles amores
Redacto esto 15 años después.
Nos pidieron para la clase de Español, que hiciéramos un libro. Con todas sus partes como portada y no sé qué más.
Les voy a adelantar el final. El día que entregamos nuestro libro, la maestra lo tomó de ejemplo. Dijo algo como esto:
—Resulta muy obvio que voy a calificar todo, no sólo el contenido. Por ejemplo este libro no va a tener la misma calificación que este otro libro.
En su mano tenía un libro con un acabado muy profesional, tipo tesis. Al mismo tiempo sujetaba nuestro libro con la otra mano, que representaba el ejemplo de la vergüenza.
Pues ahora viene el relato.
Hicimos un equipo, 6 integrantes: El topo, el chema, el francis, el gordo Alquicira, el Eros y el abuelo (yo).
Para nuestra mala suerte, ninguno de nosotros tenía impresora, los recursos eran limitados y debíamos ingeniárnosla como pudiéramos. Tomamos papeles muy activos; cada integrante del equipo. Yo organicé los contenidos, mis compañeros diseñaron el logotipo y nombre de nuestra editorial: Kyorisai. Con una clara influencia japonesa, Kyo, Iori y el viejito Happosai, el que tiene fetichismo por prendas íntimas. "Akane-chan no panti (japonés)".
Les describo el logo. Era un sol, como el que trae Kyo Kusanagi en la espalda, que se interrumpía por la luna que define a Iori Yagami. Y encima se veía a Happosai volando, ¡magnífico!. El dibujo estaba genial, Francis lo hizo.
Fuimos a Zacatenco, que nos quedaba retirado de nuestros domicilios, porque el gordo Alquicira conocía un lugar donde podíamos imprimir a bajo costo o algo parecido. Nos dimos una vuelta que duró horas, perdidos, con hambre. Al final, creo que el chema terminó consiguiendo las impresiones del único libro que imprimimos. Impreso por una sola cara, dos páginas por hoja. Para darle forma de libro, cada hoja fue doblada a la mitad y luego, yo, le puse tres grapas a cada hoja, para que no se abriera al pasar las páginas. Esta porquería que quedó, estaba cubierta por un folder amarillo, cortado al tamaño de las hojas y sujetado por un broche.
El libro tenía el tamaño de la mitad de una hoja tamaño carta.
Pero no se dejen llevar por la apariencia, mis amigos, les decía yo. Claro, porque el contenido era mi trabajo. Y el de invitarlos a confesarse conmigo, a contarme sus secretos, sus miedos, sus deseos.
Hice una propuesta. Escribí una historia de amor. ¿Y qué iba yo a saber del amor?. Ellos no lo sabían, entonces confiaron en mí.
Les escribí una historia de amor, ya saben, basada en la vida real, esas que suceden y sabes que suceden porque compartes parte de la historia, porque te ha sucedido en algún momento. Historias que adoptas como tuyas. De las más deliciosas para disfrutar.
Luego llego el gordo Alquicira con otra historia, tomando el ejemplo de la que puse. Y luego llevo otra historia más. Me tomé la oportunidad de hacerle algunas modificaciones, sin censurar el contenido, claro, y entonces ya teníamos más historias registradas. Así fuimos entregando más historias cortas de amor. Aunque es más acertado mencionar que eran de desamor, historias tristes, y repito, extraídas de la vida misma. Historias reales.
Los ñoños, éramos. Así nos decían. Al mencionarlos, los extraño y los tengo muy presentes. La sufrimos para conseguir ese malvado monstruo de hojas engrapadas. Era horrible ese libro, excepto por el logo que definía nuestro trabajo en equipo. El contenido no se los menciono, porque sería grotesco exaltar aún más su valor.
Pues así, cuando la maestra nos toma como el ejemplo de la podredumbre, e invita al rechazo público, Kyorisai sonríe. Sí, todo el equipo sonreímos porque teníamos la certeza de que en ese libro había lágrimas derramadas, sacrificio, fraternidad. Los demás, seguían viendo a los ñoños, y se reían estúpidamente con sus tesis vacías y empastadas en letras doradas. Yo envidiando los recursos, pero exaltando el coraje.
—Obviamente este libro no va a tener la misma calificación que este otro libro —dijo la maestra.
Y bueno, a contarles el final; que me va a dar mucho placer, pero es muy probable que ya lo supongan.
Sí, la maestra, al día siguiente se presentó, serena, la muy méndiga. Y fue entregando los trabajos, uno a uno. Había tesis de 2 puntos, de 4, de hasta 6 puntos. Y nuestro libro lo entregó al final.
—Se nota que hubo quiénes sí se esforzaron para hacer su libro —dijo—.
Nos había puesto 10, la calificación máxima.
Y... ¿qué les digo?. Ahí se acaba la historia.
La maestra entregó todas las tesis vacías, pero a nuestro Kyorisai no. Ese libro se lo quedó ella. La única copia impresa, con las historias que nosotros habíamos vivido.
Cuando repongo en ello, imagino a la maestra, sintiendo lo que nuestros actores sintieron. Eros, Chema, Topo, el gordo Alquicira, Francis, el abuelo. Y sonrío, al saber que ella lo disfrutó tanto como nosotros lo hicimos durante la realización de este proyecto.
Gracias maestra.
Y si llega a leer esto, devuélvanos nuestro libro. Frágiles amores, de la editorial Kyorisai.
Nos pidieron para la clase de Español, que hiciéramos un libro. Con todas sus partes como portada y no sé qué más.
Les voy a adelantar el final. El día que entregamos nuestro libro, la maestra lo tomó de ejemplo. Dijo algo como esto:
—Resulta muy obvio que voy a calificar todo, no sólo el contenido. Por ejemplo este libro no va a tener la misma calificación que este otro libro.
En su mano tenía un libro con un acabado muy profesional, tipo tesis. Al mismo tiempo sujetaba nuestro libro con la otra mano, que representaba el ejemplo de la vergüenza.
Pues ahora viene el relato.
Hicimos un equipo, 6 integrantes: El topo, el chema, el francis, el gordo Alquicira, el Eros y el abuelo (yo).
Para nuestra mala suerte, ninguno de nosotros tenía impresora, los recursos eran limitados y debíamos ingeniárnosla como pudiéramos. Tomamos papeles muy activos; cada integrante del equipo. Yo organicé los contenidos, mis compañeros diseñaron el logotipo y nombre de nuestra editorial: Kyorisai. Con una clara influencia japonesa, Kyo, Iori y el viejito Happosai, el que tiene fetichismo por prendas íntimas. "Akane-chan no panti (japonés)".
Les describo el logo. Era un sol, como el que trae Kyo Kusanagi en la espalda, que se interrumpía por la luna que define a Iori Yagami. Y encima se veía a Happosai volando, ¡magnífico!. El dibujo estaba genial, Francis lo hizo.
Fuimos a Zacatenco, que nos quedaba retirado de nuestros domicilios, porque el gordo Alquicira conocía un lugar donde podíamos imprimir a bajo costo o algo parecido. Nos dimos una vuelta que duró horas, perdidos, con hambre. Al final, creo que el chema terminó consiguiendo las impresiones del único libro que imprimimos. Impreso por una sola cara, dos páginas por hoja. Para darle forma de libro, cada hoja fue doblada a la mitad y luego, yo, le puse tres grapas a cada hoja, para que no se abriera al pasar las páginas. Esta porquería que quedó, estaba cubierta por un folder amarillo, cortado al tamaño de las hojas y sujetado por un broche.
El libro tenía el tamaño de la mitad de una hoja tamaño carta.
Pero no se dejen llevar por la apariencia, mis amigos, les decía yo. Claro, porque el contenido era mi trabajo. Y el de invitarlos a confesarse conmigo, a contarme sus secretos, sus miedos, sus deseos.
Hice una propuesta. Escribí una historia de amor. ¿Y qué iba yo a saber del amor?. Ellos no lo sabían, entonces confiaron en mí.
Les escribí una historia de amor, ya saben, basada en la vida real, esas que suceden y sabes que suceden porque compartes parte de la historia, porque te ha sucedido en algún momento. Historias que adoptas como tuyas. De las más deliciosas para disfrutar.
Luego llego el gordo Alquicira con otra historia, tomando el ejemplo de la que puse. Y luego llevo otra historia más. Me tomé la oportunidad de hacerle algunas modificaciones, sin censurar el contenido, claro, y entonces ya teníamos más historias registradas. Así fuimos entregando más historias cortas de amor. Aunque es más acertado mencionar que eran de desamor, historias tristes, y repito, extraídas de la vida misma. Historias reales.
Los ñoños, éramos. Así nos decían. Al mencionarlos, los extraño y los tengo muy presentes. La sufrimos para conseguir ese malvado monstruo de hojas engrapadas. Era horrible ese libro, excepto por el logo que definía nuestro trabajo en equipo. El contenido no se los menciono, porque sería grotesco exaltar aún más su valor.
Pues así, cuando la maestra nos toma como el ejemplo de la podredumbre, e invita al rechazo público, Kyorisai sonríe. Sí, todo el equipo sonreímos porque teníamos la certeza de que en ese libro había lágrimas derramadas, sacrificio, fraternidad. Los demás, seguían viendo a los ñoños, y se reían estúpidamente con sus tesis vacías y empastadas en letras doradas. Yo envidiando los recursos, pero exaltando el coraje.
—Obviamente este libro no va a tener la misma calificación que este otro libro —dijo la maestra.
Y bueno, a contarles el final; que me va a dar mucho placer, pero es muy probable que ya lo supongan.
Sí, la maestra, al día siguiente se presentó, serena, la muy méndiga. Y fue entregando los trabajos, uno a uno. Había tesis de 2 puntos, de 4, de hasta 6 puntos. Y nuestro libro lo entregó al final.
—Se nota que hubo quiénes sí se esforzaron para hacer su libro —dijo—.
Nos había puesto 10, la calificación máxima.
Y... ¿qué les digo?. Ahí se acaba la historia.
La maestra entregó todas las tesis vacías, pero a nuestro Kyorisai no. Ese libro se lo quedó ella. La única copia impresa, con las historias que nosotros habíamos vivido.
Cuando repongo en ello, imagino a la maestra, sintiendo lo que nuestros actores sintieron. Eros, Chema, Topo, el gordo Alquicira, Francis, el abuelo. Y sonrío, al saber que ella lo disfrutó tanto como nosotros lo hicimos durante la realización de este proyecto.
Gracias maestra.
Y si llega a leer esto, devuélvanos nuestro libro. Frágiles amores, de la editorial Kyorisai.
jueves, 6 de octubre de 2016
Enamorado
-Pero, ¿cómo sabes que te has enamorado?
-No lo sé.
-Quiero decir, ¿cuánto tiempo hace falta para enamorarse?
-Hay quienes afirman que basta un segundo para que suceda. Yo tampoco lo creía.
-¡Pero cómo puedes estar tan seguro!
-Deja que te cuente, y me respondes.
-Me ha bastado un segundo. El mismo que he tardado en mirarle, Tiene unos ojos y una boca.
-Pero eso lo tenemos todos.
-Tiene unos ojos que despiertan mi pasado, con luces de futuro y sensaciones de paz. Tiene una boca que me envuelve en confidencia. No promete paz, cabe aclarar. Se me antoja más llamarle picardía.
-¿Pero de verdad crees eso?
-Tiene una forma de abrazar. Tiene una forma de mirar. Tiene una forma de besar.
-¡Como todos, obviamente!
-Me llena de su ser, con su mirada.
-¿Eso piensas?
-¡Eso siento!
-Y le alegra mi presencia, me lo ha dicho.
-¿Qué te dijo?
-¡Me dijo que está feliz!
-¿Cuál ha sido la razón?
-¡Tú!, me contestó.
-No lo sé.
-Quiero decir, ¿cuánto tiempo hace falta para enamorarse?
-Hay quienes afirman que basta un segundo para que suceda. Yo tampoco lo creía.
-¡Pero cómo puedes estar tan seguro!
-Deja que te cuente, y me respondes.
-Me ha bastado un segundo. El mismo que he tardado en mirarle, Tiene unos ojos y una boca.
-Pero eso lo tenemos todos.
-Tiene unos ojos que despiertan mi pasado, con luces de futuro y sensaciones de paz. Tiene una boca que me envuelve en confidencia. No promete paz, cabe aclarar. Se me antoja más llamarle picardía.
-¿Pero de verdad crees eso?
-Tiene una forma de abrazar. Tiene una forma de mirar. Tiene una forma de besar.
-¡Como todos, obviamente!
-Me llena de su ser, con su mirada.
-¿Eso piensas?
-¡Eso siento!
-Y le alegra mi presencia, me lo ha dicho.
-¿Qué te dijo?
-¡Me dijo que está feliz!
-¿Cuál ha sido la razón?
-¡Tú!, me contestó.
martes, 20 de septiembre de 2016
Soñadores
Suerte de corazones viejos, enfermos, mancos, ciegos. Anhelantes caminan por el mundo, acariciando las nubes, bailando la melodía que conocieron hace tiempo. Se remontan a figuras familiares. Reviven sus historias, entierran sus fantasmas, se abrazan al presente. Respiran la semilla del futuro, enamorados. Se dicen para sí, es hora. Y Abordan un tren que ha partido ya, desde hace mucho.
domingo, 18 de septiembre de 2016
Écrire
Estoy a punto de dormir, y después de haber reescrito el cuento del transportista, que ilustra una escena de los viajes con papá, he terminado más sensible que otras veces. Hasta mañana.
lunes, 29 de agosto de 2016
Corrí la maratón
Es mi cuarta maratón y la reseña no es como las anteriores. No fui el héroe que se corona en la meta, recorté la ruta, me engañé a mi mismo.
Elijo no desayunar porque no siento hambre, y sé que fue un error. Son las 5:20am del 28 de Agosto de 2016. Ansioso por empezar la carrera, subido en el vagón del metro, iré tranquilo todo el tiempo, con el pulso controlado, pienso. Mi dieta baja en carbohidratos me ha hecho sentir débil la última semana, aunque de algún modo con mucha energía potencial. Temo por mi salud pero ya quiero empezar y comparar resultados. Se da el inicio de la carrera y voy sin agitarme durante los primeros 19 kilómetros. Los primeros y los únicos. Camino hasta llegar al 21 y al entrar al bosque me acuesto a un lado del camino. Es una sensación maravillosa. Siento paz y felicidad, nada importa, sonrío, me abrazo de ese momento. Miro las nubes y me quedo esperando a que el corazón se relaje. Son 160 pulsaciones las que me indican que la carrera se terminó para mí. Luego de ocho minutos, al levantarme con 80 pulsaciones, intento trotar para comprobar que es imposible continuar. Ya traigo 160 pulsaciones por minuto, otra vez. Este es el 23. Aquí decido abandonar la carrera, a un kilómetro de mi casa. Quisiera ir a desayunar algo, bañarme con agua tibia y recostarme, luego dormir. Pero elijo llegar a la meta y recoger mi medalla. Que sirva de recuerdo. Solicito un Uber y llego a la meta. ¿Vergüenza?, ¿culpa?, ¿qué siento realmente?. No lo sé. Siento que logré algo, aunque no haya terminado la maratón, pero no logro describirlo. Sé que es el inicio de una temporada, el principio de un mundo a reconocer. Otra perspectiva con diferente dieta. Si muero durante esta prueba, sepan ustedes que fue porque dejé de seguir lo que estuve practicando en estos tres años y medio previos. Significaría que la prueba falló, pero por favor, no vayan a culpar al running, que tanto me ha dado.
Elijo no desayunar porque no siento hambre, y sé que fue un error. Son las 5:20am del 28 de Agosto de 2016. Ansioso por empezar la carrera, subido en el vagón del metro, iré tranquilo todo el tiempo, con el pulso controlado, pienso. Mi dieta baja en carbohidratos me ha hecho sentir débil la última semana, aunque de algún modo con mucha energía potencial. Temo por mi salud pero ya quiero empezar y comparar resultados. Se da el inicio de la carrera y voy sin agitarme durante los primeros 19 kilómetros. Los primeros y los únicos. Camino hasta llegar al 21 y al entrar al bosque me acuesto a un lado del camino. Es una sensación maravillosa. Siento paz y felicidad, nada importa, sonrío, me abrazo de ese momento. Miro las nubes y me quedo esperando a que el corazón se relaje. Son 160 pulsaciones las que me indican que la carrera se terminó para mí. Luego de ocho minutos, al levantarme con 80 pulsaciones, intento trotar para comprobar que es imposible continuar. Ya traigo 160 pulsaciones por minuto, otra vez. Este es el 23. Aquí decido abandonar la carrera, a un kilómetro de mi casa. Quisiera ir a desayunar algo, bañarme con agua tibia y recostarme, luego dormir. Pero elijo llegar a la meta y recoger mi medalla. Que sirva de recuerdo. Solicito un Uber y llego a la meta. ¿Vergüenza?, ¿culpa?, ¿qué siento realmente?. No lo sé. Siento que logré algo, aunque no haya terminado la maratón, pero no logro describirlo. Sé que es el inicio de una temporada, el principio de un mundo a reconocer. Otra perspectiva con diferente dieta. Si muero durante esta prueba, sepan ustedes que fue porque dejé de seguir lo que estuve practicando en estos tres años y medio previos. Significaría que la prueba falló, pero por favor, no vayan a culpar al running, que tanto me ha dado.
jueves, 18 de agosto de 2016
Emocional
Hoy se me rompió un diente
Los problemas o infecciones del primer molar superior indican las tensiones relacionadas con la digestión de las emociones y, también, que sentimos miedo o desconfianza ante lo que nos pueda deparar el futuro. Reflejan momentos en los que no somos felices, en los que no nos damos tiempo para la diversión y el placer. Estos molares también nos hablan del deseo de crear nuestra propia vida.
Fuente: http://www.enbuenasmanos.com/relacion-entre-dientes-y-emociones
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