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lunes, 29 de agosto de 2016

Corrí la maratón

Es mi cuarta maratón y la reseña no es como las anteriores. No fui el héroe que se corona en la meta, recorté la ruta, me engañé a mi mismo.

Elijo no desayunar porque no siento hambre, y sé que fue un error. Son las 5:20am del 28 de Agosto de 2016. Ansioso por empezar la carrera, subido en el vagón del metro, iré tranquilo todo el tiempo, con el pulso controlado, pienso. Mi dieta baja en carbohidratos me ha hecho sentir débil la última semana, aunque de algún modo con mucha energía potencial. Temo por mi salud pero ya quiero empezar y comparar resultados. Se da el inicio de la carrera y voy sin agitarme durante los primeros 19 kilómetros. Los primeros y los únicos. Camino hasta llegar al 21 y al entrar al bosque me acuesto a un lado del camino. Es una sensación maravillosa. Siento paz y felicidad, nada importa, sonrío, me abrazo de ese momento. Miro las nubes y me quedo esperando a que el corazón se relaje. Son 160 pulsaciones las que me indican que la carrera se terminó para mí. Luego de ocho minutos, al levantarme con 80 pulsaciones, intento trotar para comprobar que es imposible continuar. Ya traigo 160 pulsaciones por minuto, otra vez. Este es el 23. Aquí decido abandonar la carrera, a un kilómetro de mi casa. Quisiera ir a desayunar algo, bañarme con agua tibia y recostarme, luego dormir. Pero elijo llegar a la meta y recoger mi medalla. Que sirva de recuerdo. Solicito un Uber y llego a la meta. ¿Vergüenza?, ¿culpa?, ¿qué siento realmente?. No lo sé. Siento que logré algo, aunque no haya terminado la maratón, pero no logro describirlo. Sé que es el inicio de una temporada, el principio de un mundo a reconocer. Otra perspectiva con diferente dieta. Si muero durante esta prueba, sepan ustedes que fue porque dejé de seguir lo que estuve practicando en estos tres años y medio previos. Significaría que la prueba falló, pero por favor, no vayan a culpar al running, que tanto me ha dado.

miércoles, 27 de julio de 2016

Llueve



Llueve, ¿sabes?
Estás tan lejos y lo sabes
Me llueve aquí, tú a kilómetros
Te llueve allá, yo aquí sigo

Sé cuando te llueve
Me lo dice tu rostro
Me lo dicen tus manos
Me lo dice el pecho

Anoche no dormí
Estaba contigo
Sé que no dormiste
Mirabas la lluvia

Dijiste buenas noches
También mandaste un beso
Dijiste hasta mañana
Y lograste dormir

Llueve, ¿sabes?

martes, 29 de septiembre de 2015

Vida

Le miro a los ojos y ahí está. La muerte, inevitable.

lunes, 24 de agosto de 2015

Distancia

La distancia, potenciadora. De los que tienen miedo, se alimenta en el temor; de los que se desean, se confunde en su pasión; por los melancólicos, ella misma se deprime; agradece a los seguros de sí mismos construyendo cimientos y llena de agujeros al delgado manto de la desconfianza; a la solidez propia del amor, como a la verdadera estima de loable historia, les genera una cohesión de naturaleza divina; a las almas gemelas les regala alas y les traza un mapa. Al amor le deja libre y al dolor le atrapa en sueños, de los que se hace una almohada, para nunca despertar.

martes, 7 de julio de 2015

Te amo

Te amo, con mi forma rara de querer; espinosa y ácida, elocuente y voraz, con dientes y manos torpes, pensamientos ineptos, traumas y dudas existenciales, miedos y lágrimas, risas bobas, chistes tontos, hecha a la forma de cuentos de hadas y novelas románticas, cuentos de terror e infantiles, y de listas de supermercado, adaptada para caminar en todo terreno, viajar en auto o viajar en metro, correr descalza, correr contenta, andar de día como de noche, abrazada de ti o tomándote la mano, y tan glotona para ir por el café con pan dulce y las quesadillas grasosas o tortas que llenan el alma, o el estómago, postres dulces, helados y jugos, y también con esa falta de estándares raros, porque esta es más rara, que hasta disfruta el sabor de tu saliva, y el sabor de tu sudor, así te amo, con mi forma rara de querer.

sábado, 4 de julio de 2015

Almas del ocaso

Son las almas del ocaso,
Que alborotan la fortuna,
Amenazando a la odisea,
Al viajante, al extranjero,
De aperlado porvenir.

jueves, 2 de julio de 2015

Insomnio

En el incesante susurro nocturno de las aves y la marea lunar de las estrellas, en vela, aparecen deseos vivos del mundo que creas en mi pecho y tu cuerpo baila siguiendo ritmos que guían a los sonidos de mi sentir. Te vuelves eterna y presente, te transformas en una junto a mí y la espera de goce en tus labios, se confunde con mi vivir.

miércoles, 1 de julio de 2015

Silencio

A la ausencia de palabras, espeluznante, en una conversación; se le huye a toda prisa en la historia común y esta cultura apremia su extinción.

Un asiento en primera fila, solicito a esta presentación, botana para acompañar, preferentemente, una comida, un helado o un café podría resultar aunque será suficiente con una mirada y una mano.

La mirada, sea de frente o de reojo, y la mano, en un apretón suave o intenso; con la finalidad primaria de hacer la compañía.

Y ¡ahí!, sin más palabras, con el silencio, juntos, sonreír.

miércoles, 24 de junio de 2015

Dieta

Tú, que le temes a las calorías, que las quemas corriendo, o que eso deseas; como ser inanimado, como palo de escoba encogiendo la frente: ¡Grita!, ¡Canta!, ¡Sueña!, ¡Juzga!, ¡Piensa!, que más calorías se queman por la actividad que nos distingue entre los vivos, que los miedos sólo sirven de bóveda para lo que deseamos desechar, que más energía utiliza el que sonríe y critica que el que sumido en los tabúes sigue a lo que parece natural. O eso pienso yo.

jueves, 11 de junio de 2015

¿Cuánto vale?

Cuánto vale un beso para quien busca el amor, como el valor que otorga el loco a su primera impresión, como se admira la flor en la escasez de visión o se añora el hogar cuando muy lejos ya está.

Cuánto vale la vida si ya no tiene sabor, cuánto vale el dinero cuando no puede comprar, cuánto vale el odio si no hay fuerza de acción, cuánto vale todo si no se sabe apreciar.

Cuánto valen tus tenis que te lesionan, cuánto vale el amigo que desorienta, cuánto vale el amor que te destruye, cuánto valgo yo, que sólo escribo.

lunes, 25 de mayo de 2015

Status Quo

En mi intensidad y en mi ensueño, en mi melancolía y romanticismo, en mi debilidad, en mi terquedad y en mi naturaleza temerosa; tener un paliativo como el Status Quo me hace sentir consuelo en esta viscosidad humana repleta de cambios perpetuos.

Los pensamientos destructivos que aseguran mitigar las pérdidas y liberar los recuerdos, me atormentan, me atan y me desesperan. La desazón me prohibe seguir, la inquietud de tenerte entre mis manos y ahora no más, me abate.

Mis recuerdos son lo único que cohesiona mi espíritu a esta tierra. Desde la mañana y hasta el anochecer, se reproduce infinitamente una serie de días escogidos, en los que las imágenes son tan claras que parece que puedo tocar las mismas texturas, respirar los mismos aromas y probar los mismos sabores; ver los mismos lugares y experimentar los mismos sentimientos. Indescriptivos, coloridos y tan reales que sólo pueden provocarme náuseas cuando doy en ello, en su invalidez.

Me impaciento, te invento, te sufro. No logro superarlo, pero ha sido lo mejor, lo mejor para ti, lo mejor para los dos. Lo sé porque lo repito a diario, de años, hasta hoy.

sábado, 16 de mayo de 2015

El transportista


Viaja por la carretera con la música a tope, tomando bebidas energéticas para mantenerse despierto. ¡Flaco! -me grita para espantar el sueño, luego sonríe y sigue adelante. Yo lo miro de lejos, imaginando al niño que fue un día, jugando en la tierra, pidiendo un deseo...

Cuando sea grande, quiero tener un camión.

lunes, 4 de mayo de 2015

Tomé café

¿Sabes?, recién tomé el café matinal y pensé en tus labios; puse énfasis en la sensación cálida sobre mi nariz, cerré los ojos y sorbí despacio, como cuando nos besamos. Dulce a cada sorbo, hasta que se terminó, como cuando nos despedimos.

miércoles, 11 de febrero de 2015

Para no olvidar

-¿Y sabes por qué lo hago así?

-Porque eres una mula, que hace las cosas cuando se le da la gana -me dijo ella, con su mirada llena de fuego, la que derrite corazones y mueve montañas, la que me enamoró.

Mi intención había sido la de explicar, a mi manera…

-¿Y sabes lo que me choca?, la gente que se hace la víctima -ante mi gusto de ver entre letras las cosas que no entiendo, lo que necesito que me platiquen, lo que me gusta del tiempo atrapado en lo eterno, en un poema o una novela, en ideas ajenas; aunque esta vez sean ideas propias que revolotean como vampiros sedientos de mi propia sangre dentro de mi cabeza; más difíciles de interpretar que si fueran mariposas flotando en mi estómago. Y no, no soy una víctima, ni pretendo que se me confunda con una.

Pues con esto basta por hoy, a dormir.