sábado, 29 de junio de 2013

El nudo de papá

De los viajes con mi papá, aprendí un nudo que aumenta la fuerza que se imprime al sujetar algo, lo practiqué tanto hasta descubrir que no sirve cuando queda en un borde pues se pierde la tensión y se deshace. Una noche estábamos de gira por Durango cuando mi padre realizaba su nudo y este quedó colocado en el borde de la escenografía; me tranquilicé, despojé mis manos, me acerqué a la camioneta y me quedé junto a la puerta. En ese momento mi padre tiró de la cuerda con fuerza, de espaldas hacia la puerta, me sujeté a la camioneta y le escuché decir: "hola, flaco". Un golpe se escuchó en el aire, mi padre se precipitó hacia donde estaba esperándolo, agradeciéndole por el nudo que me enseñó.