domingo, 27 de noviembre de 2016

No te enamores de una chica que corre

No te enamores de una chica que corre. No sabrás cuántos kilómetros lleva recorridos o si le gusta la larga distancia. En el mejor de los casos apenas estará empezando y si no, entenderás demasiado tarde que esta experiencia va para largo. Será una chica incansable. Sabrás al conocerla que a pesar del cansancio en sus piernas, seguirá adelante sin importar nada más que cumplir su meta. Así en un maratón como en su vida diaria. No se conformará con un cumplido al día y un "qué hermosa te ves hoy" nunca le será suficiente. Tu amor se lo demostrarás de todas las formas posibles. Sí, porque una chica que corre no se conforma con poco. Así como hoy corre media hora, en unos meses estará corriendo todo el día. Y no estoy exagerando. Deberás sacrificar horas de sueño para acompañarla a correr a las 5 de la mañana, aguantar su ritmo sin quejarte y tener una charla entretenida. No te olvides de ser empático, pues una chica que corre busca compaginar en cada aspecto de su ser con la persona que elija por pareja. Si te elige a ti, por afortunada coincidencia, más te vale estar preparado para este viaje. Y si ha aprendido a hacer trail, cuidado, no pasará mucho tiempo antes de que necesites zapatos todoterreno. Te llevará con ella, tenlo por seguro. La vida tendrá un sabor como nunca lo habrías imaginado. Y te repito que no estoy exagerando. No te enamores de una chica que corre. Ella nunca quedará satisfecha y siempre va a querer correr más: una nueva ruta, una distancia mayor, subir otra montaña, correr en la playa descalza o amarte un poco más. No te enamores de una chica que corre, te lo suplico, porque si cometes el error de hacerlo, de enamorarte de ella, tu vida cambiará definitivamente. Comenzarás a hablar un nuevo idioma. Tu reloj biológico te exigirá levantarte antes de que amanezca. Tus piernas te llevarán a ver el amanecer en primera fila. Y tu estómago, con las mariposas revueltas, te pedirá más comida, toda la que necesites para seguir corriendo una hora más. No te enamores de una chica que corre. No lo hagas. Porque, sin importar cuántos kilómetros huyas de ella o de su recuerdo, la llevarás contigo. Sentirás su respiración y entenderás su loca manera de vivir. E inevitablemente, ella te acompañará en cada paso que des, ya sea que decidas irte corriendo o no.