Suerte de corazones viejos, enfermos, mancos, ciegos. Anhelantes caminan por el mundo, acariciando las nubes, bailando la melodía que conocieron hace tiempo. Se remontan a figuras familiares. Reviven sus historias, entierran sus fantasmas, se abrazan al presente. Respiran la semilla del futuro, enamorados. Se dicen para sí, es hora. Y Abordan un tren que ha partido ya, desde hace mucho.