lunes, 3 de julio de 2017

Te contaré de mi proceso creativo

Escucho una voz en mis pensamientos, con un acento extranjero y más grave, con palabras no tan comunes a las que utilizo y una dicción diferente a la mía. Y aún con todo ello, sé que soy yo. La voz de mis sueños, el residuo de mi subconsiente. Mi consciencia en la forma más amigable que he podido conseguir. Bien. Esa es la misma voz que me dicta estas palabras. Y yo te pregunto... ¿en qué tono de voz me escuchas? ¿Es mi voz femenina si tú eres mujer?, ¿Es una voz amable y cordial?, si me conoces... ¿es la voz que uso del diario?. Porque te cuento que todos los días no uso la misma voz. De verdad. A veces me olvido y termino hablando diferente cada día. Ahora vamos a lo siguiente. Escucha tus latidos. Y si no lo logras, palpa tu cuello suavemente. Una vez que logras encontrar tu pulso... ¿qué crees?... que esa cadencia resume tu vida. Tu estado de salud, tu fatiga, tus sueños, la energía que conservas y de la que puedes disponer. Si notas que avanza más rápido que las manecillas del reloj, para. Si al respirar profundo, logras que avance igual a esas manecillas, o incluso más lento, eres joven. Sí, no importa tu edad. Significa que el tiempo te pertenece, y que gozas de la libertad para ser. En cambio, si tu corazón avanza siempre más rápido que ese reloj... te repito... para, respira. Significa que estás viviendo más rápido de lo que indica mi voz.