miércoles, 11 de febrero de 2015

Para no olvidar

-¿Y sabes por qué lo hago así?

-Porque eres una mula, que hace las cosas cuando se le da la gana -me dijo ella, con su mirada llena de fuego, la que derrite corazones y mueve montañas, la que me enamoró.

Mi intención había sido la de explicar, a mi manera…

-¿Y sabes lo que me choca?, la gente que se hace la víctima -ante mi gusto de ver entre letras las cosas que no entiendo, lo que necesito que me platiquen, lo que me gusta del tiempo atrapado en lo eterno, en un poema o una novela, en ideas ajenas; aunque esta vez sean ideas propias que revolotean como vampiros sedientos de mi propia sangre dentro de mi cabeza; más difíciles de interpretar que si fueran mariposas flotando en mi estómago. Y no, no soy una víctima, ni pretendo que se me confunda con una.

Pues con esto basta por hoy, a dormir.

lunes, 8 de diciembre de 2014

Estaba escuchando esa canción

Aunque la temperatura bajó repentinamente ya no tengo frío, mis emociones están desbordadas, estoy fuera de mi cuerpo y sigo ahí entre los arboles que miro a través del vidrio; los huesos poco a poco empiezan a entibiarse, así como el corazón mientras medito acerca de lo que hubiese sucedido de haber estado ahí afuera una hora más. Sé que sigo muy emocionado y pudiera estar exagerando acerca de las condiciones a las que estábamos expuestos pues es un hecho que tenemos cuerpos fuertes por los entrenamientos y la fuerza de voluntad que nos caracteriza, y que podemos soportar correr durante horas sin parar, aunque resulte inconcebible para quien nunca ha corrido como actividad recreativa, pero el factor sorpresa puede causar que las fuerzas físicas se vean comprometidas por sentimientos de miedo o duda. Y aquí sigo frente a este vidrio en un espacio que me ofrece un calor reconfortante, pensando en la probabilidad de que la aventura hubiere sido opacada por la tragedia. Acabo de pasar a la cabaña que tiene calefacción, me quité toda la arena de los pies, a oscuras porque se están iluminando con velas, yo sigo en mis pensamientos, ausente, perdido entre emociones y sentimientos, ya no tengo frío, estoy feliz y muy emocionado aunque entre susurros escucho gritos, los ya llegaron que se atropellan con los están bien y son los últimos, más susurros que gritan que nos fueron a buscar, unos de llamadas a celular y otros tantos que reclaman y pelean, luego los mismos susurros se convierten en carcajadas de euforia y camaradería, otro susurro más en el que escucho mi nombre. Salgo del baño, descalzo de un pie, las velas que iluminan el espacio crean un ambiente de ensueño y se acerca alguien, una mujer, dos mujeres, hay un felicidades, un lo hiciste bien en tu cumpleaños, un compartes las fotos, que buena actitud tienes, ojalá vuelvas a participar, y luego escucho otro susurro que grita ya se van. Salgo al frío, con un pie sintiendo el pasto helado y empiezo a tiritar, aunque no siento frío. En la camioneta está mi chamarra, termino de tirar la arena de mis tenis y me visto con todas las prendas que traigo. No es tiempo para bromas, ya no. Yo estoy tan contento de estar aquí, vivo. Mis ojos quieren reventar en llanto, de alegría, de agradecimiento, de miedo, de frío, pero no pueden. Veo hacia la oscuridad de los árboles y las sombras que aparecen por las luces de los autos, cuando las imágenes del ascenso sobre la roca me inundan de fortaleza, la sensación de libertad aparece al deslizarme por la arena, el dolor en las manos me recuerda la impotencia al resbalar tres veces y caer sobre mi espalda, la alerta de peligro se activa debido a los dos chicos que nos iban siguiendo y que no participaron en nuestro evento y en su actitud yo percibiera que se estaban escondiendo; y entre estos recuerdos se iluminan como puntos de luz, los eventos que considero fortuitos para que esta aventura fuera perfecta, desde que incluye a las personas correctas que nos guiaron, que se esforzaron, que se entregaron para que estuviéramos unidos, como a los espíritus favorables de la naturaleza que nos permitieron tener un clima perfecto y coincidir el arribo a nuestra meta final, en el momento exacto de la puesta de sol, y es por eso que ahora siento tanto frío en las manos y tanto calor en el corazón, mientras agradezco haber vivido una experiencia como las que leí en mis libros de correr, y ahora veo reflejado en este vidrio al excelente grupo que me acompaña, el que iba en la avanzada, la que tiene la experiencia de la montaña, la que tiene un espíritu guerrero y el que se encargó de cuidarnos, las lágrimas ya corren por mis ojos, la música me relaja y deja fluir mis pensamientos, gracias equipo digo para mis adentros cuando alguien me pregunta la razón de mi silencio. Pero es que no estoy en silencio, mi alma está gritando que ama la vida, mis ojos están llorando de felicidad y lo único que logro responder es que estaba escuchando esa canción.

jueves, 4 de diciembre de 2014

Nadar desde un libro

Recientemente encontré un libro: "Inmersión Total" de Terry Laughlin, donde el autor te promete que estarás nadando a los 5 minutos de meterte al agua, y no miente. Sólo una condición, leerlo dos veces. Vale la pena y nunca es tarde para aprender algo nuevo. Lo comparto porque así aprendí a nadar a los 30 años. Les dejo un video de cómo se ve el nado de crol dominado a la perfección.


lunes, 24 de noviembre de 2014

Quiero tatuar mi piel

Quiero tatuarme en la piel todo lo que conserva mi alma, por el miedo que provoca el día en que se borre de mi recuerdo cada detalle y me queden sólo sensaciones exquisitas llenas de colores sin luz, paisajes sin código postal, o sonrisas sin identidad. Quiero tatuarme en la piel, todo lo que guarda el alma; cada lágrima y tropiezo, cada letra y cada verso. Quiero tatuarme la piel, con tinta indeleble al tiempo. Quiero tatuar mi piel, indeleble al tiempo.

viernes, 7 de noviembre de 2014

Correr en compañía

Correr acompañado es una de las actividades más placenteras de las que podemos disfrutar y puede llegar a ser mejor que correr solo, si el grupo o la pareja que se forma comparte la manera con que se vive este deporte. Por ejemplo, salir a trotar y platicar nos permite ser más empáticos con nuestro par, incrementa la confianza en la comunicación y nos ayuda a resolver crisis personales, incluso cualquier tema que surja durante la charla nos parecerá más interesante y agradable que si estamos sentados tomando un café. Si lo que se pretende es salir a correr con todas las fuerzas una distancia que representa un reto, lo ideal es hacerlo acompañado, porque entre dos la distancia se vuelve mucho más fácil y una de las claves para lograrlo es ir sincronizados en cada zancada, y al ritmo de la misma respiración; definitivamente sabes cuando se logra esa resonancia porque la carrera deja de existir, las emociones están por encima de los pensamientos y el plano físico pierde importancia; ahí, donde las almas se tocan entre sí.

martes, 2 de septiembre de 2014

Lucy

Hoy tuve oportunidad de ver la película "Lucy", y luego de leer las críticas que respaldan los hombres de ciencia, donde la ubican fuera de la realidad y sin fundamentos lógicos, me atrevo a decir que soporto la teoría que se postula durante la trama, que soy fiel partidario de la base en la que suceden los hechos y que sueño el día que se logre tal cometido. Y hasta me atrevo a señalar hazañas documentadas de hechos relacionados. Como tener la sensación de echar un vistazo al futuro o la de mirar hacia una ubicación remota.

lunes, 21 de julio de 2014

El aire huele a invierno

Me sorprendí la tarde del Miércoles bajando del Ajusco en moto hacia el DF. cuando volvió ese olor que se percibe en el cambio de temporada y es específico del invierno: fresco, melancólico, tranquilizador y nostálgico. Es causa de emoción por las cosas que han de suceder y motivo para recordar las historias que hubieron de ocurrir, razón para tomar fuerza y gusto en las actividades diarias. Placer de dejarme sorprender una y otra vez por los recuerdos que vienen, los que se han de quedar, y los que por fuerza se han de ir. Es el primero de tantos días que faltan para terminar la estación que comienza y los días que he de disfrutar. Hoy, tranquilo, me dedico a sentir que el aire ya huele a invierno...

martes, 15 de julio de 2014

El pato y el perro


Había una vez un pato que caminaba en la pradera, alegre y animado.


Muy pronto se encontró preocupado, las nubes del cielo no se hicieron esperar y una fuerte tormenta empezó a azotar.



La fortuna de nuestro amigo pato, una casa de madera encontró.


-¡Haré de este mi hogar! -dijo el pato- y el frío y la lluvia quedaron atrás.


Feliz estaba cuando a lo lejos una desgracia observó.

Un perro sin dueño, mojado y con frío a su puerta llegó.



-Esta casa está ocupada -gruño el perro, triste y desconsolado.

-Anda, te daré la mitad de mi hogar -dijo el pato-, no estés desanimado.


Y al instante la casa se dividió.


La lluvia y el viento entraron y quedaron fríos y mojados.



-Tengo frío, tengo frío cuacuá.

-Me estoy mojando, me estoy mojando guaguá.


-¡Unamos nuevamente nuestro hogar para el frío alejar!


La casa unida el calor guardó y de moraleja y lección sirvió.

Que antes de la casa partir, feliz nos hará compartir.


Pato y perro hoy viven felices así.



FIN

sábado, 29 de junio de 2013

El nudo de papá

De los viajes con mi papá, aprendí un nudo que aumenta la fuerza que se imprime al sujetar algo, lo practiqué tanto hasta descubrir que no sirve cuando queda en un borde pues se pierde la tensión y se deshace. Una noche estábamos de gira por Durango cuando mi padre realizaba su nudo y este quedó colocado en el borde de la escenografía; me tranquilicé, despojé mis manos, me acerqué a la camioneta y me quedé junto a la puerta. En ese momento mi padre tiró de la cuerda con fuerza, de espaldas hacia la puerta, me sujeté a la camioneta y le escuché decir: "hola, flaco". Un golpe se escuchó en el aire, mi padre se precipitó hacia donde estaba esperándolo, agradeciéndole por el nudo que me enseñó.

viernes, 10 de agosto de 2012

El vino se nos agrió

Y así se nos agrió,
en el mueble que lo guardaba;
porque no hubo tiempo,
la fortuna lo impidió
y había otras cosas por hacer.

Por esos viajes agotadores,
por las charlas cotidianas,
y ese tiempo,
que como humo se escapó.

Ni la verdad más cruda
o la mentira más colorida
lo impidió...

Así tan rápido,
como el tiempo
que se nos fue.

viernes, 3 de agosto de 2012

Don Botello

Era pequeñín, y aprendía a gatear, teniendo en ese momento la posibilidad de arrastrarme por el piso, encontrarme una cáscara de pepita y llevarla a la boca. Después de ingerida me provocó empacho, diarrea, diarrea, deshidratación, hospital, desahucio... Con esa noticia mis papás me llevan a casa, a esperar lo inevitable (según los doctores). En el camino a casa se encuentran un curandero, de esos que viven en el barrio, en la vecindad de enfrente, preguntando porqué el estado anímico de mis padres. Ante la respuesta, "Don Botello" diagnostica que estoy empachado y que sólo basta que me lleven a su casa para que me cure. Él, antes va a un mandado. Al regresar me cura de empacho, me "soba la panza" y media hora después estoy comiendo!!! Gracias. Donde esté usted, Don Botello.

domingo, 15 de mayo de 2011

Casi muero

 Un día, bajaba desesperado del Ajusco a 70Km/h. Recuerdo que el paraíso estaba en llamas y me arrepentía de haber apostado todo por una empresa que no tenía futuro ya. En mi pensamiento sólo existía una urgencia, la de abrazarme a ti, la de aferrarme a la posibilidad de poder hacerlo bien, esta vez. Miraba a la distancia la luz del siguiente semáforo, y en cada tope yo me aferraba al manubrio de la moto, pero no me detenía; el siguiente semáforo, en verde, y continuaba bajando desenfrenadamente, emocionado, alegre. Otro semáforo en verde, y... un taxi. Un puto taxi que se saltó la luz roja, me puso el alto. En la misma calle de Acanto. ¡Eres un pendejo!, le dije al taxista para mis adentros; pero me lo decía realmente a mí, porque no tenía control sobre mi vehículo, porque iba acelerado por llegar. Todo se redujo a tres posibilidades: esquivarlo, saltarlo, o estrellarme de lleno. Me hice bolita y azoté contra la ventana de la puerta trasera derecha. Y del golpe, hasta mis lentes de sol se enchuecaron por el impacto entre el casco y la ventana. Luego caí al suelo, donde intenté incorporarme y nada... me desplomé mientras el taxista se intentaba dar a la fuga, que al final ni me pagó nada por el daño hecho a mi moto, porque yo sabía que también fue culpa mía. Pero los trabajadores de la funeraria que estaba en la esquina, lo habían detenido diciéndole que sí, que se había brincado el semáforo. ¿Sí leíste?, ¡había una funeraria en la esquina!. Por eso digo que ese día casi muero. Ya ni siquiera intenté arrancar mi motocicleta, me subí a ella y la dejé correr, apagada, por la picacho Ajusco porque a dos cuadras había un taller de Italika. ¿Te puedo dejar mi moto?, está bien, sí, espero la cotización, gracias. Y seguí mi camino hacia Tasqueña. Llegué del lado del OXXO, no recuerdo cómo, pero estaba lejos desde ahí para encontrarte. ¿Y luego?, Ya luego, no recuerdo mucho, creo que no te conté lo de mi moto, creo que no platicamos mucho. En el lago con la luz de la luna, se iluminaban las nubes y te platiqué que de ese color yo veía los sueños, que a veces mis sueños se iluminaban como estaba iluminada la noche, entre azul y gris, a media luz. Quizás para intentar alargar el momento, para intentar que olvidaras, que desde siempre te ofrecí, la intermitencia de mi presencia.

viernes, 10 de diciembre de 2004

Para no quererte tanto

Una servilleta refleja El carmín que fue en sus labios La salida a este sinfín De deseos sin horarios Mientras cada día pasa, Del camino hacia mi casa El transporte era testigo Sí, dormido le sonaba Y al fin cuando despierto Y sé no soñarte más Es cuando mas te pienso Te extraño de verdad Y palabras que escribo Te logran dibujar Ahí, junto a la mesa A un lado de mi silla Y sabiendo que "una farza" Es como lo explicarías Me prohibo a tocarte, a entregarme a tus caricias, me sferro a dibujarte con palabras de ironía, Para no quererte tanto Para no soñarte más

viernes, 24 de septiembre de 2004

Mi primer beso

Sin mirar al reloj
para no perder el tiempo,
de pronto me acerqué
y me quedé sin aliento.

Nuestros labios se encontraron solos,
con un brazo rodeé tu cintura,
con el otro acaricié tu espalda,
y en mi mente ahí, se dibujaba
este beso pero sin palabras.

Y no dejaré
de decirle que me encanta.
No negaré
que sonríe cuando habla.

Y no olvidaré
que en sus ojos algo me guardaba
y se borró
cuando le dije que iba a enamorarme,
mientras pensaba en volver a besarle.

Su cintura parecía algo más
y con lo suave de sus labios
me llevaba a otro lugar,
donde estaba sólo ella a mi lado.

Nuestros labios se buscaron solos,
con sólo un brazo tomé su cintura,
con el otro acaricié su espalda,
y en sus labios ya se dibujaba
este beso pero sin palabras.

Y no dejaré
de decirle que me encanta.
No negaré
que sonríe cuando habla.

Y no olvidaré
que en sus ojos tiene una mirada
que es tan sexy y tan alocada
que me obliga a volver a amarla.
Y seguro hasta volvería a besarla.