Y así se nos agrió,
en el mueble que lo guardaba;
porque no hubo tiempo,
la fortuna lo impidió
y había otras cosas por hacer.
Por esos viajes agotadores,
por las charlas cotidianas,
y ese tiempo,
que como humo se escapó.
Ni la verdad más cruda
o la mentira más colorida
lo impidió...
Así tan rápido,
como el tiempo
que se nos fue.
en el mueble que lo guardaba;
porque no hubo tiempo,
la fortuna lo impidió
y había otras cosas por hacer.
Por esos viajes agotadores,
por las charlas cotidianas,
y ese tiempo,
que como humo se escapó.
Ni la verdad más cruda
o la mentira más colorida
lo impidió...
Así tan rápido,
como el tiempo
que se nos fue.