Nos aferraremos con gozo a los momentos que nos brindaron felicidad, como los cimientos de nuestra fortuna, porque de eso están construidos los sueños; y de sueños está hecha la vida.
Un día parecerá que todo se ha borrado de nuestro recuerdo, que la intensidad de la dicha es pasajera, y cuando nos sorprendan oleadas incrementadas de experiencia, sonreiremos como el día que vimos brillar al sol en su despertar.