domingo, 24 de julio de 2016

treintaitrés centavos

Domingo 26 de Abril de 2015, estoy sorprendido y así es como caigo en la realidad. Hoy me terminé los ahorros de cuatro años y medio del trabajo anterior, y eso que "pagaban muy bien". Faltan dos días para la quincena y no tengo para comer. Voy al banco y me formo en el cajero automático porque no quiero pasar a ventanilla a solicitar un retiro de efectivo por noventa y cinco pesos, qué pena. El universo me ha puesto aquí, seguramente para aprender algo. Recibo tres billetes y una moneda pero al intentar tomar los billetes, sólo me quedo con uno en la mano, el de cincuenta. Corro a ventanilla y pido ayuda. La señora al otro lado revisa su sistema para decirme que se me entregaron tres billetes y una moneda, aunque noto un énfasis cuando repite la cantidad que retiré. Sí, se me entregaron, pero se quedaron atascados dos billetes, le digo. Voy a ver si están, de mala gana, grosera. ¿Cómo llegué aquí?, me lo merezco, pienso. Fue mi deseo, creo. Recibo los dos billetes y me voy, jodido, derrotado, pobre, con treintaitrés centavos en mi cuenta. Tengo cosas más importantes qué pensar, como ¿qué voy a comer mañana?. Será interesante buscar opciones y aprender, lo sé. [1]