Estoy acostado a la orilla de la carretera en esta cama inmensa. Mis miedos se dan espacio para extenderse a sus anchas y dejan salir todos mis recuerdos, los dolorosos principalmente. Los apilan cronológicamente y describen mis facetas. Escucho los gritos y las risas, veo mis rostros desorientados. A tientas procuro no desarmarme, me abrazo y tomo cada una de las piezas que me forman. Intento mantenerme congruente, respiro profundo y te lo cuento todo. Detallo mi pasado y las razones por las que estoy temblando. No soy un enfermo, sólo estoy viviendo en este rompecabezas descompuesto.